Inicialmente enterrado en
el cementerio de Alicante, el cuerpo de José-Antonio fue exhumado y
llevado a hombros de falangistas, a pie, en una impresionante
manifestación de duelo, hasta el monasterio de El Escorial. Años después,
fue nuevamente trasladado hasta el Valle de los Caídos. Y esta vez a la
procesión funeral se unieron las protestas de quienes veían que su ansiada
revolución social y nacional era incompatible con el régimen político
vigente. |