Octavo tapiz
(cuarto
entrando, a la izquierda).-
Escena
primera (mirando al tapiz. Arriba y abajo, izquierda).
El
ejército de Cristo, cabalgando caballos blancos, combate contra las
potencias del averno, representadas por la bestia de las 7 cabezas. Apoc, 19,19: "Vi a la fiera y a los reyes de la tierra con
sus tropas reunidos para hacer la guerra contra el jinete del caballo y su
ejército."
Escena
segunda (abajo, centro).Tras
haberla vencido, encadenan ala bestia.
Apoc.
19,20-21a: “Capturaron a la fiera, y con ella al falso profeta, el que
efectuaba señales a la vista de todos, extraviando con ellas a los que
llevaban la marca de la fiera y veneraban su estatua. A los dos los
echaron en el lago de azufre hirviendo.”
Escena
tercera (arriba, izquierda). Las
aves, tras las órdenes del ángel, en la escena 9a del tapiz
anterior, descienden veloces a cumplir su misión.
Apoc,
19, 21 b: "Y todas las aves se hartaron de sus carnes."
Escena
cuarta (abajo, derecha).
Un
ángel muestra a San Juan la apoteosis de Dios Hijo, representada en la
ciudad Santa de Jerusalén. Apoc.
21, 1-2: “Vi entonces un cielo huevo y una tierra nueva, porque el
primer cíelo y la primera tierra han desaparecido, y el mar ya no existe.
Y vi bajar del cielo, de junto a Dios, la ciudad santa, la nueva Jerusalén,
ataviada como una novia que se adorna par su esposo.
Escena
quinta (centro en medio).
La
Iglesia triunfante aparece simbolizada por una ciudad, en la que
descuellan los muros y las torres. Angeles custodian las puertas.
Apoc.
21, 15-21: “El que me hablaba enia unavara de medir de oro, para medir
la ciudad, las puertas y la muralla.
La
planta de la ciudad es cuadrada, igual de ancho que de largo. Midió la
ciudad con la vara, y resultaron 466 leguas; la longitud, la anchura y la
altura son iguales. Midió la muralla: 144 codos, medida humana que usaba
el ángel. La mampostería del muro era de jaspe, y la ciudad de oro puro,
parecido a vidrio claro. Los basamentos de la muralla de la ciudad estaban
incrustados de toda clase de piedras preciosas: el primero, de jaspe; el
segundo, de zafiro; el tercero, de calcedonia; el cuarto, de esmeralda; el
quinto de ónix; el sexto, de granate; el séptimo, de crisólito; el
octavo, de aguamarina; el noveno, de topacio; el décimo, de ágata; el
undécimo, de jacinto; el duodécimo, de amatista. Las 12 puertas eran
12 perlas, cada puerta hecha de una sofá perla, la calzada de las calles
de la ciudad era de oro puro, como vidrio transparente."
Apoc.
21, 24-27: "Se pasearán las naciones bañadas en su luz, los reyes
de la tierra llevarán a ella su esplendor. Sus puertas no se cerrarán de
día, pues allí no habrá noche. Llevarán a ella el esplendor y la
riqueza de las naciones, pero nunca entrará en ella nada impuro, ni idólatras,
ni impostores; sólo entrarán los inscritos en el libro de los vivos que
tiene el Cordero”.
Escena
sexta (centro, arriba del todo). Dios
y el Cordero, y el libro de los Evangelios. Seis profetas, 3 a cada lado,
con libros.
Apoc.
21,22-23: "Templo no vi ninguno; su templo es el Señor Dios,
soberano de todo; es el Cordero, La ciudad no necesita ni sol ni luna, que
la alumbren; la gloria de Dios la ilumina, y su lámpara es el Cordero”.
Escena
séptima (derecha, entre arriba y abajo).
Juicio
de los muertos. Los justos levantan sus manos hacia Dios y el Cordero; los
réprobos entran en el infierno, simbolizado por una boca humana muy
grande y muy abierta.
Apóc.
22,12: "Díjome: “Voy a llegar enseguida, llevando mi salario para
pagar a cada uno conforme a la calidad de su trabajo”.
Escena
octava (arriba, derecha).
Un
ángel muestra una cartela que hace alusión a la serie de los tapices del
Apocalipsis de San Juan.
Apoc.
22, 6: “Díjome: «Éstas palabras son dignas de fe y verdaderas. El
Señor Dios, que inspira a los profetas, envió su ángel para mostrar a
sus servidores lo que habrá de suceder en breve.”
Escena
novena (arriba, encima de la cartela).
Tema
ornamental: un Ser majestuoso, como con tiara, abarca y protege un
edificio, que se asemeja al Vaticano.
|