Se trata de una imagen de Santa María
Virgen, patrona del Valle. En 1980 la Santa Sede la declaró Patrono de la
Abadía y del lugar del Valle de los Caídos, con la advocación de
Nuestra Señora del Valle. Con las manos recogidas, tiene a sus pies el
montículo y la Cruz.
Es figura de alabastro, obra de Ramón
Lapayese.
Aunque tiene una altura cercana a los dos
metros, no lo parece, por la elevada posición en que aparece situada.
Por no convenir el emplazamiento a su
estatura, se ha intentado varias veces cambiarla de lugar.
Una réplica de la imagen, en madera de
abedul, tallada por el mismo escultor, Ramón Lapayese, algo menor, con
estatura de unos 1,60 metros, se encuentra en la capilla del monasterio.
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