LOS JUANELOS

 

 

 

Los Juanelos, las columnas que dan entrada al Valle, son cuatro monolitos de granito que yacían abandonados en los pueblos toledanos de Nambroca  -tres- y Sonseca –uno.

Los había mandado tallar Felipe II a Juanelo Turriano, su relojero, que lo había sido también de su padre, Carlos V.

Tienen un diámetro de 1,50 metros, 11 metros de altura, y pesa cada uno unas 47 toneladas.

Cuando se construyó el Valle, los inmensos bloques de piedra fueron trasladados en camiones, desde el lugar en que habían sido abandonados siglos atrás. Así los vemos en la fotografía, a su paso por Toledo, salvando el Tajo.